Con poca paciencia necesitamos mejores estrategias de afrontamiento:
Mantener la paz en el trabajo y fuera de él
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Elizabeth Lombardo, PhD
La Dra. Elizabeth Lombardo es psicóloga matriculada, con un doctorado en psicología y tiene una maestría en fisioterapia; además, es experta en cómo destruir a nuestro crítico interior para que podamos vivir una vida llena de objetivos, satisfacciones y verdadero éxito (True Success™). Es la psicóloga famosa más confiable de los Estados Unidos, con más de 100 entrevistas en los medios nacionales. Redacta artículos para Combined Insurance con el objetivo de ayudar a educar a los lectores; sin embargo, sus opiniones y consejos médicos tienen fines de entretenimiento únicamente y no reemplazan la consulta al médico. Puede escribirle a DrE@ElizabethLombardo.
Se cometió un error de programación. La cita médica a la que el paciente había esperado seis meses para acudir no existía. El supervisor intentó ayudar a reprogramar la cita, pero el paciente se mostró irritable y poco cooperativo.
Un compañero de trabajo con problemas personales tardó en responder al correo electrónico de un colega. Unas horas más tarde, recibió un segundo correo electrónico del colega en el que decía: "Como dije en mi anterior correo, ¡tienes que darme esta información hoy mismo!".
Un cliente, que ha tenido que esperar un largo periodo de tiempo para recibir asistencia, reprende al proveedor de servicios. El ataque verbal se centró no sólo en el mal servicio percibido, sino también en el carácter del proveedor de servicios.
¿Parece que últimamente hay más gente con poca paciencia? A menudo oímos en las noticias que alguien con un comportamiento ofensivo ha sido expulsado de un vuelo o que un cliente descontento ha hecho una escena. Puede que haya notado que la gente, en el trabajo o en casa, ya no es tan fácil de tratar como antes, incluido usted mismo.
Entrar en la zona roja
Entonces, ¿qué está ocurriendo? Creo que la gente está en la Zona Roja.
¿Qué es la Zona Roja psicológica? Se produce cuando las personas experimentan altos niveles de malestar, que es el componente negativo del estrés. El malestar implica cualquier emoción no deseada: tristeza, ira, frustración, irritabilidad, ansiedad, preocupación, miedo... ¿Le suena?
El malestar y la zona roja
El malestar existe en un continuo que va desde cero (nada de malestar) hasta 10 de 10 (el mayor malestar que haya tenido nunca). La zona roja psicológica se produce cuando las personas se encuentran en un nivel de 7 de 10 o superior. Y en la Zona Roja, no siempre actuamos o pensamos de forma racional.
¿Qué ocurre en la Zona Roja? En lugar de utilizar el lóbulo frontal para procesar nuestro pensamiento, en la Zona Roja, el sistema límbico tiende a tomar control nuestros pensamientos. El lóbulo frontal nos permite pensar racionalmente, mantener las cosas en perspectiva y controlar nuestras emociones. Nos permite filtrar nuestros pensamientos y no expresar reacciones de forma impulsiva. Eso es lo que ocurre cuando tenemos niveles bajos de malestar.
Sin embargo, en la zona roja prevalece el sistema límbico. El sistema límbico se encarga de las reacciones de lucha o huida. Y son esas reacciones de lucha el que estamos viendo mucho más últimamente. Esto se demuestra en las discusiones, los comentarios denigrantes y los gestos poco amables, así como en la falta de filtro de las propias palabras y acciones.
Alto nivel de estrés
Los niveles de estrés están en máximos históricos para muchas personas. Algunas personas (a menudo sin saberlo) todavía están lidiando con el trauma psicológico de la pandemia: la naturaleza impredecible, incontrolable y potencialmente grave de lo que experimentaron. Luego están los desafíos asociados a la vuelta a una normalidad que es, de alguna manera, diferente a la que esperábamos; por ejemplo, volver a la oficina después de un largo periodo de tiempo, implica un traslado mucho más difícil de lo que recordábamos. A esto hay que añadirle las tensiones financieras, los acontecimientos mundiales, los problemas de salud, las tensiones en las relaciones y mucho más. Muchas personas viven en la Zona Roja.
Cuando una persona está en la Zona Roja, es más fácil controlar la situación. Pero con tantas personas funcionando en la Zona Roja, las cosas se vuelven más tensas. Puede que incluso se haya dado cuenta de que actúa de formas que no siempre son coherentes con la persona que realmente es y quiere ser. Eso es exactamente lo que ocurre en la Zona Roja.
Entonces, ¿qué puede hacer para ayudar a mejorar la situación cuando la gente está en la Zona Roja? Pruebe estos seis consejos. Ya sea en el trabajo o en casa, pueden ayudarnos a ser un poco más civilizados.
1. Tenga en cuenta la Zona Roja
Note que cuando alguien está en la Zona Roja, no siempre piensa o actúa racionalmente. Por ello, intentar guiarlos con consejos racionales no suele tener éxito. Comentarios como "cálmate" o "¿qué te pasa?" probablemente echarán más leña al fuego, en lugar de lograr el resultado deseado de desescalar a la otra persona.
Y esto tiene sentido si tenemos en cuenta lo que ocurre con su proceso de pensamiento. Una vez más, el cerebro de la Zona Roja tiende a funcionar en modo de lucha o huida. Es casi como si el subconsciente pensara que se está ahogando. Si se estuviera ahogando, probablemente gritaría, se agitaría o haría cualquier cosa para intentar salvarse. Si alguien le dijera "cálmate", lo más probable es que no lo hiciera, sino que se concentrara en lo que cree que podría salvarlo. Es más, que le digan que está equivocado mientras se encuentra en la zona roja puede hacer que defienda aún más su posición.
2. Utilice el poder de la empatía
Entonces, ¿qué puede hacer cuando alguien está actuando desde la Zona Roja? Utilice el poder de la empatía, poniéndose en su lugar. Piense en cómo le gustaría que alguien reaccionara cuando usted está en la Zona Roja. Ser compasivo, no juzgar y ofrecer apoyo serían reacciones que probablemente agradecería. Eso no quiere decir que esté de acuerdo con lo que hacen o dicen, sino que debe empatizar con el hecho de que están en la Zona Roja y no necesariamente actúan o piensan de forma racional.
Y empatice con aquellos que puedan estar irritándolo. Considere además la perspectiva negativa que puede tener sobre esa persona en este momento, qué más puede estar contribuyendo a sus acciones. Seguro que es fácil pensar que sus acciones se deben a que son perezosos o irrespetuosos o intencionadamente antipáticos. Sin embargo, si da un paso atrás, también puede darse cuenta de que están funcionando en la Zona Roja.
3. Tenga perspectiva: no personalice
Puede ser fácil personalizar cuando otras personas están de mal humor. Esa personalización puede venir en forma de sentir que la otra persona lo está atacando, o absorbiendo su energía negativa. Ninguna de las dos cosas es útil para usted ni para la situación.
Por lo tanto, cuando alguien se comporte mal, intente no interpretarlo como un ataque a su valía. En su lugar, considere como que la otra persona está en la Zona Roja. Y ofrézcales la empatía de la que hablábamos antes, además de darles espacio.
Es más, tome medidas para no dejar que el estado de ánimo negativo de los demás lo hagan entrar en la Zona Roja. Puede ser útil tomarse un descanso, salir a pasear, escuchar una canción alegre. Aunque la negatividad puede ser contagiosa, usted puede controlar su propia energía.
4. Tómese un descanso
Un componente del comportamiento de la Zona Roja incluye la impulsividad, es decir, decir o hacer algo sin pensar en las consecuencias. ¿Alguna vez ha interactuado con alguien que ha bebido demasiado y que ha hecho o dicho algo de lo que se ha arrepentido a la mañana siguiente? Probablemente sí. Aunque las personas que se encuentran en la Zona Roja no están realmente intoxicadas, su pensamiento está, en cierto modo, igualmente afectado.
Ahora bien, no siempre somos conscientes de cuándo estamos en la Zona Roja. Por lo tanto, tener una regla para no responder cuando siente altos niveles de malestar es una buena pauta para vivir. En lugar de compartir su perspectiva, de un paso atrás. Puede optar por escribir lo que está pensando o compartirlo con una parte neutral. Absténgase de comunicárselo a la otra persona hasta que su nivel de malestar se sitúe en un 3 de 10 o menos. También es un buen momento para dar un paseo o salir a correr, distraerse viendo vídeos divertidos o hacer cualquier cosa que disminuya su malestar y le resulte divertida.
5. Imagine que una cámara está grabando todos sus movimientos
Piense en cómo se relacionaría con esa persona si supiera que una cámara está grabando todos sus movimientos. ¿Cómo querría mostrarse al interactuar con los demás? ¿Con amabilidad? ¿Con gracia? ¿Con empatía y comprensión? ¿Dando espacio a los demás? ¿Dando el beneficio de la duda? A veces, fingir que una cámara está grabando todos sus movimientos puede ayudarle a ganar algo de perspectiva y permitirle ser la persona que realmente quiere ser.
6. Discúlpese si ha actuado de forma poco amable
Todos estamos en la zona roja a veces. Y si ha actuado de una manera de la que, después de reflexionar, no se siente demasiado orgulloso, es importante enmendar la situación. No se puede retroceder en el tiempo y deshacer lo que se hizo, pero se puede pedir disculpas y asumir la responsabilidad de los actos.
Para que quede claro, el antídoto del principio de este artículo se refería a mí. Sí, soy humana y a veces entro en la Zona Roja. Hace unas semanas, estaba teniendo un día extremadamente estresante y ya me estaba acercando a la Zona Roja cuando me enteré de que la cita que había estado esperando, durante más de seis meses, no estaba en el sistema, y tendría que esperar aún más tiempo para ver al médico por un problema de salud preocupante. Cuando el supervisor llamó para disculparse y ayudarme a conseguir una cita, me puse difícil e irritable. Me sentí completamente justificada en ese momento. Sin embargo, una vez que salí de la Zona Roja, me di cuenta de que, de hecho, me había equivocado. A la mañana siguiente, llamé al supervisor para disculparme por mi comportamiento y asumir toda la responsabilidad de mis acciones. Aunque no borró mi comportamiento desafortunado del día anterior, el supervisor expresó su agradecimiento por mis disculpas. No podemos ser perfectos, pero podemos responsabilizarnos de nuestros actos.
Así pues, pruebe estos seis pasos para ayudar a mejorar una situación en lugar de contribuir a su negatividad. Dése cuenta de que cada uno de nosotros tiene el poder no sólo de controlar nuestras propias reacciones, sino también de ayudar a los demás cuando están en la Zona Roja.
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